En cuanto al estilo, si bien no resulta extraño para la literatura antigua, Columela manifiesta un uso de la lengua de gran calidad estilística. Esta utilización de la lengua con tan amplia variedad de recursos, probablemente responda al conocimiento de los recursos retóricos que todo escritor romano poseía.
A diferencia, por ejemplo, de
Catón, quien emplea una lengua mucho más sencilla y un estilo más árido –condiciones que también pueden responder al estadio de la lengua del momento, pero también al objeto del tratado mismo-, o de
Varrón, quien, elige otra forma discursiva más elaborada que el primero; el autor que nos ocupa hace uso y gala de un estilo muy rico. Este empleo de la lengua ha llevado a que sea comparado con Cicerón.
Por ejemplo, el empleo de las cláusulas en orden de tres miembros crecientes. O tomar como paradigma, para el prefacio de su obra, los tratados retóricos de Marco Tulio.
En la escritura de Columela la forma y el contenido resultan una unidad a la hora de exponer el tema de la agronomía, al punto que en ciertos pasajes resultan indiscernibles el uso de la lengua prosaica de la poética.
Otro rasgo característico del autor es el de la variatio, es decir el empleo de distintas estructuras léxicas y sintácticas para denominar los diferentes nombres de plantas o procesos.
Por otra parte, el uso poético del lenguaje se observa la influencia del gran
Virgilio, en el empleo de recursos estilísticos como la perífrasis, la sinonimia, las digresiones, las alusiones mitológicas e incluso la utilización de personificaciones y grandes segmentos descriptivos; todos estos artificios nos permiten ver que no hay materia, por más árida que parezca, que no permita observar la calidad artística para tratar un tema, en este caso el de la agricultura.
Licenciada Patricia Fernández (UBA)