[33] nulla vitium minus Italiam amat, rara, parva, putrescens in ea, vino quoque quod genuit aestatem non exuperans; nec alia macro solo familiarior. Graecinus, qui alioqui Cornelium Celsum transcripsit, appellatur non naturam eius repugnare Italiae, sed culturam avide palmites evocantium. ob id fertilitate sua absumi, si non praepinguis soli ubertas lassescentem sustineat. carbunculare negatur, magna dote, si verum est aliqua in vite caelo non esse ius.
[33] Ninguna de las vides ama más a Italia que ésta; es pequeña, se pudre en la misma planta, el vino que se obtiene de ella no supera el verano, pero ninguna otra es mejor para un suelo pobre. Graciano, quien además tradujo a Cornelio Celso reconoce que no es la naturaleza de esta viña la que rechaza a Italia, sino que el cultivo codicioso atrae sarmientos y, a causa de esto, pierde su fertilidad, si no se tiene la precaución de cuidar la fertilidad del suelo. Se niega a soportar el pulgón, con gran fortaleza, si ciertamente, existe alguna entre las vides cuyo poder no dependa del clima.
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