domingo, 28 de agosto de 2011

Loto





Texto utilizado:
Ovide, Les Metamorphoses
Texte etablit et traduit par G. Lafaye, Paris
Belles Lettres, 1995
Libro IX 324-393




Dixit, et admonitu veteris commota ministrae
ingemuit. quam sic nurus est affata dolentem: 325
'te tamen, o genetrix, alienae sanguine nostro
rapta movet facies. quid si tibi mira sororis
fata meae referam? quamquam lacrimaeque dolorque
impediunt, prohibentque loqui. fuit unica matri—
me pater ex alia genuit—notissima forma 330
Oechalidum, Dryope. quam virginitate carentem
vimque dei passam Delphos Delonque tenentis
excipit Andraemon, et habetur coniuge felix.
est lacus, adclivis devexo margine formam
litoris efficiens, summum myrteta coronant. 335
venerat huc Dryope fatorum nescia, quoque
indignere magis, nymphis latura coronas,
inque sinu puerum, qui nondum impleverat annum,
dulce ferebat onus tepidique ope lactis alebat.
haut procul a stagno Tyrios imitata colores 340
in spem bacarum florebat aquatica lotos.
carpserat hinc Dryope, quos oblectamina nato
porrigeret, flores, et idem factura videbar—
namque aderam—vidi guttas e flore cruentas
decidere et tremulo ramos horrore moveri. 345
scilicet, ut referunt tardi nunc denique agrestes,
Lotis in hanc nymphe, fugiens obscena Priapi,
contulerat versos, servato nomine, vultus.
'Nescierat soror hoc. quae cum perterrita retro
ire et adoratis vellet discedere nymphis, 350
haeserunt radice pedes. convellere pugnat,
nec quicquam, nisi summa movet. subcrescit ab imo,
totaque paulatim lentus premit inguina cortex.
ut vidit, conata manu laniare capillos,
fronde manum implevit: frondes caput omne tenebant. 355
at puer Amphissos (namque hoc avus Eurytus illi
addiderat nomen) materna rigescere sentit
ubera; nec sequitur ducentem lacteus umor.
spectatrix aderam fati crudelis, opemque
non poteram tibi ferre, soror, quantumque valebam, 360
crescentem truncum ramosque amplexa morabar,
et, fateor, volui sub eodem cortice condi.
'Ecce vir Andraemon genitorque miserrimus adsunt,
et quaerunt Dryopen: Dryopen quaerentibus illis
ostendi loton. tepido dant oscula ligno, 365
adfusique suae radicibus arboris haerent.
nil nisi iam faciem, quod non foret arbor, habebat
cara soror: lacrimae misero de corpore factis
inrorant foliis, ac, dum licet, oraque praestant
vocis iter, tales effundit in aera questus: 370
"siqua fides miseris, hoc me per numina iuro
non meruisse nefas. patior sine crimine poenam.
viximus innocuae. si mentior, arida perdam
quas habeo frondes, et caesa securibus urar.
hunc tamen infantem maternis demite ramis, 375
et date nutrici, nostraque sub arbore saepe
lac facitote bibat, nostraque sub arbore ludat.
cumque loqui poterit, matrem facitote salutet,
et tristis dicat 'latet hoc in stipite mater.'
stagna tamen timeat, nec carpat ab arbore flores, 380
et frutices omnes corpus putet esse dearum.
care vale coniunx, et tu, germana, paterque!
qui, siqua est pietas, ab acutae vulnere falcis,
a pecoris morsu frondes defendite nostras.
et quoniam mihi fas ad vos incumbere non est, 385
erigite huc artus, et ad oscula nostra venite,
dum tangi possum, parvumque attollite natum!
plura loqui nequeo. nam iam per candida mollis
colla liber serpit, summoque cacumine condor.
ex oculis removete manus. sine munere vestro 390
contegat inductus morientia lumina cortex!"
desierant simul ora loqui, simul esse. diuque
corpore mutato rami caluere recentes.'


Dríope, (Loto) Metamorfosis, IX, 324-393

Dijo, y conmovida por el recuerdo de la antigua sierva, gimió. La nuera, habla así a la que se lamentaba: “Sin embargo, a ti, madre, te conmueve la belleza arrebatada a una extraña a tu sangre. ¿y qué si te contara el destino admirable/asombroso (mira) de su hermana? Aunque las lágrimas y el dolor me impiden y prohíben hablar.
Dríope (1) fue la única (hija) de su madre, -a mí me engendró de otra mi padre-; la más conocida de las Ecólidas por su belleza. A ésta, privada de su virginidad y, tras sufrir la violencia del dios que posee Delfos y Delos, la recibió Andremón y se la tenía por feliz con su esposo.
Existe un lago que tiene forma de una costa en pendiente por su orilla escarpada; la cumbre es coronada por abundantes mirtos. Allí había llegado Dríope, desconociendo su destino y, para que te indignes más aún, iba a llevar coronas para las ninfas y llevaba en su regazo un niño, dulce peso que aún no había completado el año y alimentaba con el recurso de su tibia leche. No lejos de la laguna florecía un loto acuático, que imitaba los colores Tirios en los tiernos brotes de sus bayas.
De aquí había arranco, Dríope unas flores que ofrecía a su hijo como divertimento. Y parecía que (yo) iba a hacer lo mismo, pues yo estaba allí/junto a ella. Vi que unas gotas sangrantes caían de la flor y que las ramas se movían con estremecedor horror. En efecto, como cuentan ahora, tardíamente los campesinos, la ninfa Lotis, huyendo de las obscenidades de Príapo, había llevado su figura metamorfoseada, conservando el nombre.
Mi hermana no lo sabía; y cuando/como ella quiso, llena de espanto, retroceder y alejarse tras venerar a las ninfas; sus pies quedaron fijos en una raíz. Lucha por arrancarlos y no mueve nada excepto la parte superior; crece desde abajo y poco a poco una flexible corteza oprime las ingles totalmente.
Cuando se dio cuenta, intentando arrancar sus cabellos con la mano, su mano se llenó de hojas; toda su cabeza tenía hojas. Por su parte, el niño Anfiso , pues este nombre le había puesto su abuelo Euristo, notó que los pechos maternos se endurecían y el líquido materno no cede a él que lo busca absorber.
Yo estaba como espectadora del cruel destino y no podía proporcionarte ayuda alguna, hermana y cuanto podía, detenía el tronco que crecía y las ramas, abrazándote y, lo confieso, quise estar escondida bajo la misma corteza.
He aquí que llegan su marido, Andremón y su desgraciado padre y buscan a Dríope; a los que buscaban a ésta les mostré el loto. Dan besos al tibio leño y precipitándose se abrazan a las raíces de su árbol y ya mi querida hermana no tenía nada que no fuera árbol, excepto la cara: las lágrimas caen gota a gota sobre sus hojas surgidas de su mísero cuerpo y mientras es posible, su boca proporciona un camino a su voz, enviando al aire tales lamentos:
“si hay alguna credibilidad para los desgraciados, juro por las divinidades que no he merecido esta impiedad, sufro un castigo sin crimen. He vivido sin hacer daño. Si miento, que pierda, estéril, las hojas que tengo y arda, una vez cortada con el segur. Pero, separad a este niño de las ramas maternas y entregadlo a una nodriza y habrás de lograr que beba habitualmente leche bajo y juegue al pie de mi árbol. Pero que tema los lagos y no corte flores de un árbol, que considere que todas las ramas son cuerpos de los dioses. Adiós, querido esposo, y tú hermana, y tú padre; si alguna piedad hay en vosotros, defended mis ramas de la herida segura de la hoz y del mordisco de los animales.
Y puesto que no me es lícito inclinarme sobre vosotros, levantad hasta aquí vuestros miembros y venid a mis besos, mientras pueda tocarlos y alzad a mi pequeño hijo. No puedo decir más, pues ya una suave corteza serpentea por mi blanco cuello y estoy oculta en la parte alta de la copa. ¡Alejad las manos de mis ojos! que la corteza, conducida sin la ayuda de vosotros cubra ya mis ojos moribundos.”
La boca dejó simultáneamente de hablar, a la vez que dejó de existir. Y durante largo tiempo, luego de metamorfosearse su cuerpo, las ramas aún frescas estuvieron calientes.

(1)- Dríope (nombre que proviene de drúoy, que significa árbol o encina), es el epónimo del pueblo de los Driópes, considerado, como unos de los primeros que ocuparon la península helénica. En la versión arcadia de la leyenda, Licaón, tuvo una hija, amada por el dios Hermes y se convirtió en la madre del dios Pan. En la versión tesalia, su hija Dríope se unió a Apolo para engendrar a Anfiso.
Según la versión que sigue Ovidio, Dríope era hija única del rey Dríope, guardaba los rebaños del padre, cerca del Eta. Las Hamadríades la tomaron por compañera de juego y le enseñaron los himnos y danzas preferidos de los dioses. Apolo, al verla en medio de sus coros, se enamoró de ella y, para acercársele, se transformó en tortuga. (Ant. Lib. Transf. 32)

No hay comentarios:

Publicar un comentario