[1] Quoniam de cultu agrorum abunde primo volumine
praecepissevidemur, non intempestiva erit arborum virgultorumque
cura, quae vel maximapars habetur rei rusticae placet igitur, sicuti
Vergilio, nobis quoqueduo esse genera surculorum, quorum alterum sua
sponte gignitur, alterumcura mortalium procedit: illud, quod non ope
humana provenit, materiaemagis aptum, hoc, cui labor adhibetur,
idoneum fructibus. [2] De hoc itaque praecipiendum est, atque id
ipsum genustripertito dividitur; nam ex surculo vel arbor procedit,
ut olea, ficus, pirus, vel frutex, ut violae, rosae, harundines, vel
tertium quiddam, quodneque arborem neque fruticem proprie dixerimus,
sicuti est vitis. [3] Arborum et fruticum docebimus cultum, si prius
devitibus praeceperimus.
Libro IV – Acerca de los
árboles
Prefacio
[1] Puesto
que me parece que he enseñado bastante en el primer libro sobre el
cultivo de los campos, no será inoportuno enseñar el cuidado de los
árboles, lo que es considerado la parte más importante de la
agricultura; así pues, a nosotros, como a Virgilio nos parece bien
señalar que existen dos clases de brotes: uno, es el de los que
nacen espontáneamente y otros que avanzan por el cuidado del hombre.
Aquellos que no crecen por el esfuerzo son más aptos para la madera
de construcción; estos que ofrecen más dificultad, son más idóneos
para los frutos. [2] Así
pues, hay que enseñar sobre éstos y que este mismo género se
divide en tres; pues de un brote procede ya un árbol –como el
olivo, higuera o peral- y un arbusto –como el alelí, a rosa o la
caña- y un tercero a los que no llamamos ni árbol ni arbusto - como
es la vid. [3] Enseñaremos
el cultivo de árboles y arbustos, luego de haber enseñado sobre las
vides.
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