Varron
Economie Rurale
Libro I
Belles Lettres
1970
Otium si essem consecutus, Fundania, commodius tibi haec scriberem, quae nunc, ut potero, exponam cogitans esse properandum, quod, ut dicitur, si est homo bulla, eo magis senex. Annus enim octogesimus admonet me ut sarcinas conligam, antequam proficiscar e vita. Quare, quoniam emisti fundum, quem bene colendo fructuosum cum facere velis, meque ut id mihi habeam curare roges, experiar; et non solum, ut ipse quoad vivam, quid fieri oporteat ut te moneam, sed etiam post mortem. Neque patiar Sibyllam non solum cecinisse quae, dum viveret, prodessent hominibus, sed etiam quae cum perisset ipsa, et id etiam ignotissimis quoque hominibus; ad cuius libros tot annis post publice solemus redire, cum desideramus, quid faciendum sit nobis ex aliquo portento: me, ne dum vivo quidem, necessariis meis quod prosit facere. Quocirca scribam tibi tres libros indices, ad quos revertare, siqua in re quaeres, quem ad modum quidque te in colendo oporteat facere. Et quoniam, ut aiunt, dei facientes adiuvant, prius invocabo eos, nec, ut Homerus et Ennius, Musas, sed duodecim deos Consentis; neque tamen eos urbanos, quorum imagines ad forum auratae stant, sex mares et feminae totidem, sed illos XII deos, qui maxime agricolarum duces sunt. Primum, qui omnis fructos agri culturae caelo et terra continent, Iovem et Tellurem: itaque, quod ii parentes, magni dicuntur, Iuppiter pater appellatur, Tellus terra mater. Secundo Solem et Lunam, quorum tempora observantur, cum quaedam seruntur et conduntur. Tertio Cererem et Liberum, quod horum fructus maxime necessari ad victum: ab his enim cibus et potio venit e fundo. Quarto Robigum ac Floram, quibus propitiis neque robigo frumenta atque arbores corrumpit, neque non tempestive florent. Itaque publice Robigo feriae Robigalia, Florae ludi Floralia instituti. Item adveneror Minervam et Venerem, quarum unius procuratio oliveti, alterius hortorum; quo nomine rustica Vinalia instituta. Nec non etiam precor Lympham ac Bonum Eventum, quoniam sine aqua omnis arida ac misera agri cultura, sine successu ac bono eventu frustratio est, non cultura. Iis igitur deis ad venerationem advocatis ego referam sermones eos quos de agri cultura habuimus nuper, ex quibus quid te facere oporteat animadvertere poteris. in quis quae non inerunt et quaeres, indicabo a quibus scriptoribus repetas et Graecis et nostris.
[1] Si hubiese logrado (tiempo) para el
ocio, Fundania, te hubiera escrito más cómodo lo que ahora voy a
exponer como pueda, pensando que esto tiene que apresurarse, porque,
como se dice, si el hombre es una burbuja, más aún si es viejo. En
efecto, mi avanzada edad me aconseja concentrarme en mis
responsabilidades, antes que parta de este mundo. [2] Por lo cual,
dado que has comprado una finca, a la que querrías hacer productiva
cultivándola bien, y me solicitas que yo mismo me ocupe, lo
intentaré; y no sólo te aconsejaré, mientras yo esté con vida,
qué es conveniente hacer, sino también después de que yo muera.
[3] Y no me resignaré a que la Sibila haya profetizado para los
hombres, mientras vivía, sino también una vez que murió, y aquello
incluso para los hombres que desconocía completamente –a cuyos
libros solemos volver tantos años después para consultas oficiales
cuando deseamos saber qué debemos hacer acerca de algún portento- y
que yo no haga mientras estoy vivo, lo que resulte provechoso para
mis allegados. [4] Por lo cual voy a escribir para ti tres libros de
referencia a los que puedas volver si buscas sobre algún tema sobre
qué convenga hacer para cultivar y de qué manera. Y, dado que, como
se dice los dioses ayudan a los que trabajan, invocaré antes a
éstos, y no como Homero y Ennio (que invocaron) a las Musas, sino a
las doce divinidades y tampoco a los dioses urbanos, cuyas estatuas
de oro se levantan en el foro, seis masculinas y seis femeninas, sino
a los doces dioses que son esencialmente los que guían a los
campesinos. [5] En primer lugar, a Júpiter y Telus, porque ellos son
llamados grandes creadores; Júpiter es llamado padre y Telus, Madre
Tierra. En segundo lugar, Sol y Luna, cuyos tiempos son observados,
cuando se siembra y cosechan los cultivos. En tercer lugar, Ceres y
Baco, porque sus frutos son indispensables para el sustento, en
efecto, gracias a estos vienen de la finca el alimento y la bebida.
[6] En cuarto lugar, Robigo y Flora, con cuyos auspicios el gorgoja
no corrompe los frutos y los árboles no florecen fuera de tiempo.
Así pues se instituyeron oficialmente las fiestas Robigalia, en
honor del dios Robigo y los juegos Floralia, para Flora. Del mismo
modo venero a Minerva y Venus, de las cuales, una administra el olivo
y la otra las hortalizas; en su nombre se instituyeron las fiestas
Vinalia rústicas. Y también suplicaré a Linfa y al Buen Suceso,
porque sin agua todo el cultivo sería árido y pobre, y sin éxito y
buen suceso hay frustración, no cultivo. [7] Así pues, habiendo
invocado a los dioses protectores, me referiré a las conversaciones
que tuvimos recientemente acerca del cultivo del campo, en las cuales
podrás observar, qué te convendrá hacer. Para las cosas que
busques y no estén, te indicaré en qué escritores, tanto griegos
como nuestros, lo encontrarás. Los que escribieron en griego sobre
distintos temas son cincuenta. Estos son los que podrás tener para
consulta, cuando quieras averiguar algo: (sigue la lista de los
autores mencionados por Varrón como aquellos que trataron el tema).
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