sábado, 9 de abril de 2011

No desearás a tu padre (II)







Texto utilizado:
Ovide, Les Metamorphoses
Texte etablit et traduit par G. Lafaye, Paris
Belles Lettres, 1995
Libro X 319-344








illa quidem sentit foedoque repugnat amori
et secum "quo mente feror? quid molior?" inquit 320
"di, precor, et pietas sacrataque iura parentum,
hoc prohibete nefas scelerique resistite nostro,
si tamen hoc scelus est. sed enim damnare negatur
hanc Venerem pietas: coeunt animalia nullo
cetera dilectu, nec habetur turpe iuvencae 325
ferre patrem tergo, fit equo sua filia coniunx,
quasque creavit init pecudes caper, ipsaque, cuius
semine concepta est, ex illo concipit ales.
felices, quibus ista licent! humana malignas
cura dedit leges, et quod natura remittit, 330
invida iura negant. gentes tamen esse feruntur,
in quibus et nato genetrix et nata parenti
iungitur, et pietas geminato crescit amore.
me miseram, quod non nasci mihi contigit illic,
fortunaque loci laedor!—quid in ista revolvor? 335
spes interdictae, discedite! dignus amari
ille, sed ut pater, est.—ergo, si filia magni
non essem Cinyrae, Cinyrae concumbere possem:
nunc, quia iam meus est, non est meus, ipsaque damno
est mihi proximitas: aliena potentior essem. 340
ire libet procul hinc patriaeque relinquere fines,
dum scelus effugiam; retinet malus ardor euntem,
ut praesens spectem Cinyran tangamque loquarque
osculaque admoveam, si nil conceditur ultra.


Sin duda, ella se da cuenta y lucha contra vergonzoso amor y se dice a sí misma: “¿a dónde soy llevada por mi corazón, qué hago? [320] Oh, dioses, y pietas y sagradas leyes de la paternidad, os suplico, prohibid esta impiedad y oponeros a mi crimen, si esto es, no obstante, un crimen; pero, en efecto, no se dice que la pietas/amor filial condene este amor: el resto de los animales se unen sin ninguna reflexión [325] y no es tenido por repugnante que una ternera soporte sobre su lomo al padre; para un caballo su hija llega a ser su esposa y el macho cabrío se monta a los rebaños que él creó y la misma ave concibe de aquel de cuyo semen fue concebida. Felices a quienes estas cosas son permitidas, la inquietud ha generado leyes mezquinas [330] y lo que la naturaleza concede, las leyes envidiosas lo niegan. Sin embargo, se dice que existen pueblos en los que la madre se une al hijo y la hija al padre y el amor filial crece con un amor reciproco. ¡Oh, miserable de mí! ¿porqué no me ha tocado en suerte nacer allí [335] y soy injuriada por el lugar (en que nací) a causa del azar? ¿Porqué evoco estas cosas? ¡Alejaos, esperanzas prohibidas! Aquel es digno de ser amado, pero como padre. Así pues, si yo no fuera la hija del gran Cyniras, podría acostarme con Cyniras: ahora, dado que ya es mío [340] y la misma proximidad es para mí un daño, como ajena sería más poderosa. Me desearía irme lejos de aquí y abandonar los límites de mi patria, con tal que pudiera huir de mi crimen”.

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