viernes, 22 de abril de 2016

Columela - Libro de los Árboles


[3] Arborem, quam inserere voles, serra diligenter exsecatoea parte, quae maxime nitida et sine cicatrice est, dabisque operam, nelibrum laedas. Cum deinde truncam reddideris, acuto ferramento plagam levato;dein quasi cuneum ferreum vel osseum inter corticem et materiem, ne minusdigitos tres, sed lente dimittito, ne laedas aut rumpas corticem.

[3] Cortarás el árbol que quieras injertar cuidadosamente con una sierra, por la parte que sea más fértil, buena y sin cicatriz y tomarás el trabajo de no dañar la corteza. Luego, cuando la hayas dejado cortada, reducirás el corte con un cuchillo afilado, luego introduce una cuña de hierro o de hueso, entre la corteza y la madera de no menos de tres dedos, pero lentamente, para no dañar o romper la corteza.

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