viernes, 29 de abril de 2016

Columela - Libro de los Árboles

[4] Postea surculos, quos inserere voles, falce acutaab una parte eradito tam alte quam cuneum demisisti, sed ita ne medullamneve alterius partis corticem laedas; ubi surculos paratos habueris, cuneumvellito statimque surculos demittito in ea foramina, quae cuneo adactointer corticem et materiem facta sunt. Ea autem fine, qua adraseris, surculosdemittito ita, ut sex digitis de arbore exstent. In una autem arbore duosaut tres ramulos figito, dum ne minus quaternum digitorum inter eos sitspatium. Pro arboris magnitudine et corticis bonitate haec facito.

[4] Luego, con una hoz afilada, rasparás los retoños que quieras injertar, por una sola parte, tan profundo por donde colocaste la cuña; pero, de modo de no dañar ni la médula ni la corteza de la otra parte; cuando tengas los retoños preparados, sacarás la cuña e inmediatamente meterás los retoños en los agujeros por la parte extrema que has raído y de modo que sobresalgan seis dedos del árbol. En un solo árbol puedes fijar dos o tres estaquitas, siempre que entre ellas haya un espacio de por lo menos cuatro dedos. Harás todo esto según el tamaño del árbol y la calidad de su corteza.

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