Foto: Árbol de incienso,
Jardin Botanico de la Ciudad de Buenos Aires
[62] Los griegos llaman a eta planta d tal modo, estagonia y orobia a la menor. A los fragmentos salidos de las sacudidas del árbol, lo llamamos “manna”. Todavía hoy, sin embargo, se encuentran gotas que llegan a alcanzar tercera parte mina; es decir, un peso de 28 denarios. El maestro Leonidas había enseñao a Alejandro Magno durante su niñez a arrojar incienso en los altares, con prodigalidad, de modo que, cuando hubo conquistado los pueblos productores de incienso, suplicara ofreciendo un sacrificio. Pero aquel tras ser conquistador de Arabia, envió una nave cargada de incienso y fue exhortado por adorar largamente a los dioses.
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