Foto: Árbol de incienso,
Jardin Botanico de la Ciudad de Buenos Aires
[58] Se solía cosechar una vez al año y en pocas ocasiones para ser vendida, pero el beneficio exige una segunda cosecha. La primera es la cosecha natural, cera de la aparición de la constelación del perro, con el calor ardiendo, realizada mediante cortes en donde la corteza parece estar más gorda y más fácil para estirar; se expande allí mediante un golpe, pero no se arranca; de allí brota una espuma abundante; esta se pone clara al condensarse, cuando la naturaleza del lugar lo exige, se cubre con una palma que la envuelve todo alrededor. Este método es más bueno pero más caro; lo que queda de corteza, fijo al árbol, es eliminado con un instrumento de hierro.
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